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Estimado lector, le damos la bienvenida a la Comunidad Pilares de Sabiduría de Editorial Kier, un espacio de reflexión pensado para el encuentro, la presentación y difusión de obras literarias vinculadas con la Tradición Esotérica Occidental. Desde hace más de un siglo, estos libros publicados por Kier han sido guía y han dado sentido a la búsqueda espiritual de miles de personas que, como Usted, se adentran en el mundo sin fronteras que se extiende en el campo de la sabiduría trascendente. Pilares de Sabiduría es un lugar de cita para aquellos que buscan el atanor en el cual podemos realizar la Gran Obra del encuentro con nuestro propio Ser.

jueves, 26 de julio de 2012

Steiner y Las Manifestaciones del Karma

Un clásico imprescindible para la comprensión de una de las leyes fundamentales que rigen al hombre y la naturaleza


Uno de los temas más difundidos –y menos comprendidos- de la filosofía oriental es el Karma palabra que nos hemos acostumbrado a usar a diario pero cuyo sentido profundo se nos escapa o entendemos a medias. En su GlosarioTeosófico, Helena P. Blavatsky define metafísicamente al Karma como la Ley de Retribución, la Ley de Causa y Efecto o de Causación ética. La describe como el poder que gobierna todas las cosas, la resultante de la acción moral o “… el efecto moral de un acto sometido para el logro de algo que satisfaga un deseo personal…” Aunque contundente, esta definición sigue siendo compleja para la mentalidad occidental.

De hecho, tanto Blavatsky como tantos otros referentes del Orientalismo, han escrito innumerables ensayos intentando explicar ésta Ley de Acción y Reacción, pero hay uno que se destaca especialmente. En 1910, en la ciudad de Hamburgo, el filósofo austríaco Rudolf Steiner dictó un ciclo de once conferencias sobre el Karma que se volverían célebres con el transcurso de los años. Para esa época, Steiner era un miembro destacado de la Sociedad Teosófica en Alemania y Austria y su calidad de pedagogo era ampliamente reconocida en los círculos esotéricos centroeuropeos. Estas conferencias fueron publicadas con el nombre de Las manifestaciones del Karma y se nos presentan, un siglo después de haber sido escritas, con una vigencia particularmente notoria porque, desde el principio de la obra, Steiner define con precisión aquellas circunstancias en las que puede aplicarse la definición de Karma y las que no. Lo hace en un lenguaje propio de Occidente, de modo que quienes lo escuchan pueden comprender su significado en ejemplos emergentes de la propia cultura de Occidente.

Steiner descarta que pueda definirse como Karma a un efecto reactivo inmediato, del mismo modo que no puede aplicarse a una simple relación de causa y efecto. Cada conferencia parece introducirnos más profundamente en la comprensión de este misterio, desde el reino animal hasta las Entidades Superiores, ambos extremos alcanzados por esta Ley que parece establecerse en parámetros universales. Dentro del arco comprendido entre ambas puntas de la existencia, Steiner se detiene a analizar de qué modo actúa el Karma en la salud y la enfermedad; en la delicada cuestión de las enfermedades terminales, así como en las naturales y en las accidentales. Se introduce en terrenos que otros rehúyen, como el de las catástrofes naturales, desde las pandemias hasta el desborde de las fuerzas de la naturaleza. Aborda el tema de la muerte y el renacimiento, así como del porvenir y del denominado Karma colectivo.

Avanzando hacia el interior del conocimiento, Steiner culmina sus conferencias con una magistral descripción del problema del Mal  y del modo en que esas fuerzas representadas por Lucifer y Ahrimán actúan sobre el hombre, porque es en la medida que comprendemos esta acción que podemos librarnos de su influencia. A lo largo de sus once disertaciones ya quedan plantadas las bases de la Antroposofía, que presentará dos años después.

Rudolf Steiner (1905)

Sin dejar el marco de referencia en el cual se fundamenta esta doctrina que es propia de Oriente, Steiner logra introducir al lector occidental en las sinuosidades del orientalismo, con ejemplos y alegorías que ilustran todo el recorrido de las disertaciones. Es obvio, desde el principio, que Steiner pretende –y lo logra- desplegar ante su auditorio un conocimiento que transforma a quien lo escucha en la medida que lo vuelve consciente de las fuerzas que lo rodean y que interactúan en su vida, porque más allá de sus implicancias cósmicas, el Karma rige nuestro destino en tanto que actuamos en la ignorancia; pero se vuelve una herramienta poderosa de nuestra evolución si logramos comprender su mecanismo. ¿Por qué debe leerse este libro? Porque continúa siendo uno de los pilares sobre los cuales Occidente accedió al conocimiento milenario de la filosofía oriental y porque en él La Ley de Karma se abre ente nuestros ojos con una dimensión infinitamente más rica de la que nos hemos acostumbrado a ver en la cotidianeidad de nuestro lenguaje. 

lunes, 9 de julio de 2012

Tratado Elemental de Ciencia Oculta


Papus
El último Mago de Occidente

De todos los grandes magos que surcaron el firmamento francés en el siglo XIX hay dos nombres que sobresalen del resto, como astros que eclipsan millones de pequeñas estrellas. Esos dos hombres fueron Eliphas Levi (Alphonse Luois Constant) y Papus (Gérard Anaclet Vincent Encausse, 13 de julio de 1865, La Coruña- 25 de octubre de  1916, París). Pero mientras que al primero podemos atribuirle las bases de la doctrina de aquello que conocemos como “ocultismo”, a Papus le debemos, sin duda, la construcción del andamiaje que puso en marcha a varios de los grandes movimientos esotéricos del último siglo.



El autor de Tratado Elemental de Ciencia Oculta se formó en París donde, a la par de sus estudios de medicina, se sumergía en los estantes de la Bibliotheque Nationale, para estudiar cuanto manuscrito de magia, de cábala, de hermetismo y alquimia pudiera estar a su alcance. Como muchos de sus contemporáneos, se vio seducido en un principio por la Sociedad Teosófica fundada por Madame Blavatsky en 1884. Pero Gerard Encausse comprendió tempranamente que existía un esoterismo occidental más apto para sus contemporáneos que las ideas de Blavatsky, ancladas en el hinduismo, por ende, difíciles de poner en práctica para los occidentales.

Decidido a revitalizar las Escuelas de Misterios de Occidente impulsó en 1888 la fundación de la mítica Orden cabalística de la Rosacruz. Hombre de acción, simultáneamente dotó al incipiente movimiento con una revista que difundiera sus ideas. Para ello, junto a su amigo Lucien Chamuel, fundaron la revista L'Initiation, que se publicaría mensualmente y sin interrupción hasta 1914.

Pero no se detendría allí. En 1891, Papus reunió a sus discípulos y les comunicó estar en  posesión de los manuscritos originales de Martinez de Paqually, el fundador de la legendaria Orden de los Masones Elu Coen del Universo. Decidió que crearía una nueva Orden Masónica de Martinistas denominada la Orden de los Superiores Desconocidos.


A partir de entonces, su principal esfuerzo se centró en asegurar la continuidad de la Orden Martinista y volverla Universal. En el libro que nos ocupa, su “Tratado elemental de Ciencia Oculta” afirma que la Orden Martinista es un centro activo de difusión iniciática. Dice que sus logias están en contacto con centros de irradiación esotérica de Persia, China, India y el Islam. Y afirma que sus 104 ramas esparcidas por el mundo aseguran su presencia en las más importantes ciudades incluyendo Buenos Aires, lo cual da muestras claras de que ya a fines del siglo XIX, Argentina era un centro importante de actividad rosacruz y martinista, en especial en los medios masónicos locales.

Dividido en tres partes, al igual que su genial “Tratado Elemental de Magia Práctica”, este manual de Ciencia Oculta propone al estudiante avanzar a través de tres pasos –comunes a todas las Sociedades Secretas de Occidente- dividiendo el trabajo en Teoría, Realización y Adaptación. Cada una de estas etapas marca un hito en la vida del que estudia las ciencias ocultas, viendo ante sus ojos espirituales cómo se desgarra el velo que cubre los misterios más profundos de la naturaleza, descifrando mediante las ciencias herméticas, los números y las ideas arquetípicas del Plan que Dios reserva a sus criaturas.

Ni las Ciencias Ocultas, ni el Martinismo, tal como ha llegado hasta nosotros, contaron nunca con un genio de estas características, capaz de escribir con habilidad y espíritu pedagogo las herramientas imprescindibles para sus discípulos. Esta obra capital, considerada entre las más destacadas para todo estudiante de esoterismo, constituye un viaje a los inicios de una etapa clave de la espiritualidad de Occidente que aún no ha terminado. Se trata, probablemente, de uno de esos “diarios de viaje” en los que podemos confiar, porque han sido escritos por alguien que ya atravesó el desierto y ha visto el oasis luego de padecer la soledad infinita. 


Papus (Gérard Anaclet Vincent Encausse)

NOTA:

Papus supo establecer una suerte de “Círculo externo” en el cual daban clases y cursos personajes  tales como Stanislas de Guaita, Sedir, Barlet, Peladan, Chamuel, Marc Haven y Maurice Barrès  entre otros. En estos cursos se reclutaban a aquellos que luego formarían parte de la Órdenes creadas por él. Entre las materias que se enseñaban destaca la enseñanza del hebreo, la cábala, la magia y la medicina oculta, el tarot y la astrología. No sólo podemos considerarlo el heredero natural de Eliphas Levi sino también del marqués Joseph Alexandre Saint-Yves d'Alveydre, Fabre d'Olivet, Saint-Martin y Jakob Böhme. 

Un dato poco conocido es que en 1914 marchó a la guerra como capitán médico, en el transcurso de la cual se contagió de tuberculosis en el campo de batalla. Falleció dos años después, mientras Francia se desangraba en la Primera Guerra Mundial. Sus restos descansan en el cementerio de Père Lachaise, en París.